16.5.16

Ángulo muerto.

   

     Pierdo la perspectiva, no sé dónde estoy ni quién soy. Por qué hago lo que hago, por qué me siento fuera de todo.
     En el centro del fondo de algún lugar, el aliento se condensa y la sangre se coagula. Nutridas del desastre, las articulaciones supuran lágrimas en ramillete para quien las quiera. Poco más tengo que no sean dudas, rotos y tachones. Hoy piso realidad, y hace daño. Puede que mañana no, puede que encuentre un rincón para mí y no me importe compartir. Pero ahora sigue siendo hoy y sigue doliendo.
     Más que dolor es desgana. Agota vivir en permanente desahucio, esperando un relámpago que me llene el pecho con pulso de tambor. Ingenua... ¿Qué locura es esa de reanimarlo para matarlo? La paradoja de encerrarse en una caja hasta que alguien te diga si vives o mueres . Mientras tanto a veces vives, a veces mueres, sin saber en qué momento va cada uno, sin llegar a ser vivo ni a ser muerto.
 

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